Las investigaciones son esenciales en el avance tecnológico y social porque nos permiten encontrar respuestas a muchas dudas e hipótesis que surgen diariamente, así como encontrar soluciones a acontecimientos que lo requieran. Por ello, cuando se menciona el término investigación abierta, se hace alusión a aquella investigación que toma en cuenta los elementos de la ciencia abierta.

En el blog NeoScientia se menciona que la investigación abierta impulsa la apertura al público de las investigaciones de forma libre y gratuita. Lo cual consiste en que se publiquen las metodologías, procesos y datos obtenidos por resultados directos o derivados, fomentando con ello la colaboración entre profesionales. En este sentido, la investigación abierta abre horizontes en los cuales se expone una mayor cantidad de información, la difusión de los proyectos es mayor y se cuenta con más apoyo al tener una serie de personas trabajando en un mismo proyecto.

Es aquí cuando nos podemos preguntar acerca de las herramientas e instrumentos que lo harán posible y que debemos manejar para trabajar en un proyecto de investigación abierta, teniendo en cuenta que se necesitan espacios en donde se comparta y difunda la información, preferiblemente a través de la web, para que su acceso sea a nivel universal. Por ello, el acceso a los datos de las investigaciones abiertas debe ser fácil y seguro, así como la edición de los archivos involucrados debe estar monitoreada de manera que no se pierdan aspectos vitales.

De acuerdo con lo anterior, una herramienta necesaria son los repositorios, que son una especie de depósito de archivos digitales. Su objetivo es organizar, almacenar, preservar y difundir, en modo de acceso abierto (Open Access), la producción intelectual resultante de la actividad académica, científica, social o según sea el tema de la investigación. Cuando se cuenta con un repositorio se tendrá un espacio en el cual más personas pueden acceder a lo que se ha logrado con las investigaciones y, a su vez, estas personas formarán un ambiente colaborativo en donde se validarán y discutirán los resultados, se construirán también nuevos aportes y se dispondrá de más información.

Una de las herramientas más difundidas en el manejo de repositorios es Git. Cuando trabajamos en conjunto para lograr un objetivo, debemos contar con un mecanismo mediante el cual la mayoría trabajen a la vez. Si estamos cerca y el número de personas en la investigación es pequeño, este proceso puede resultar fácil y los resultados se pueden trabajar en un mismo archivo sin que pase desapercibido algún cambio. Mientras que, si estamos trabajando a distancia y con un numeroso grupo de personas resultará difícil verificar los cambios y editar en un solo documento.

Para solucionar este problema, podemos recurrir al control de versiones. En nuestro artículo Investigación Colaborativa con Git se menciona que el control de versiones nos permite almacenar todos los cambios que ocurren durante el proceso de avance hasta que es alcanzado el objetivo final y si algún miembro del equipo hace cambios durante el proceso y conformación final del proyecto, estos quedarán registrados junto con la información asociada a ellos. Logrando así que elementos vitales de las investigaciones no se pierdan fácilmente, debido a cualquier confusión o error. Lo que ocurre en tus documentos estará respaldado. Por todo ello es que afirmamos que una herramienta potente para el control de versiones es Git.

En un contexto más amplio tenemos que, al realizar investigaciones abiertas, se deben manejar adecuadamente los repositorios para obtener una mayor cantidad de información disponible y, a su vez, contribuir para que sea más abundante. Además, si se combina esto con el control de versiones se tiene una retroalimentación continua donde personas con distintos puntos de vista pueden colaborar. La combinación de estas herramientas tendrá como resultado la existencia de más elementos disponibles a nivel informativo, divulgativo y experimental en distintas áreas y lo más importante, de manera segmentada. Es destacable mencionar que los manejadores de repositorios tienen un motor de búsqueda, lo cual nos permite acceder a lo que necesitamos de manera eficiente. Por otro lado, con el control de versiones podemos tener versiones certificadas y actualizadas de la información.

Existen repositorios remotos, que combinan las funcionalidades de un repositorio con el control de versiones. De manera general, un repositorio remoto es una versión de un proyecto en específico que se encuentra alojado en internet. Estos repositorios pueden tener permisos especiales de manera que todos o algunos de los miembros del equipo de trabajo pueden editar. Esta edición será compartida para cada uno. Esto se logra a partir de la gestión de repositorios remotos lo cual podemos hacer con Git, implicando conocer cómo añadir repositorios nuevos, eliminar aquellos que ya no son válidos, gestionar ramas remotas e indicar si están bajo seguimiento o no, y otras cosas más. Te invitamos a revisar nuestro artículo Git de 0 a 100 en diez sencillos pasos.

Referencias #

Biblioteca de la Universidad de Extremadura

Oficina de conocimiento abierto

Blog Neoscientia